Mientras media España esta alborotada con el Sorteo del GORDO de Navidad y la otra media esta comentando los nombres y perfiles de los Ministros del nuevo Gobierno de Rajoy, dicho sea de paso, en cuyas manos ponemos las esperanza de la recuperación de la maltrecha económica del país.
Mientras, otro país, uno del lejano oriente, esta más atentos a su particular GORDO y no me refiero a ningún sorteo, ni tampoco a algo feliz, festivo o como es típico de estas fechas, algo navideño. Me refiero al Gordo, o dicho de manera más concreta al nuevo líder que guiara el curso del país más hermético, gris y aislado del planeta, tanto que en ocasiones el escenario planteado por Orwell en la novela ''1984'' llega a resultar un cuento de hadas comparado con ''este paraíso comunista'',
El gran líder, es todo en la nación asiatica donde sus famélicos ciudadanos, ''hormiguitas obreras'' pululan en su mayoría por campos de concentración al ritmo de marchas militares y arengas comunistas de marcado tono Stalinista, todo es poco en cuanto devoción al líder, y más ahora con su fallecimiento. Ya que pobre de aquel norcoreano que durante esta semana de fastos funerarios no desgarre sus vestimentas y flagele su cuerpo en señal de sumarísimo duelo, porque para la propaganda del Régimen, el muerto no era un simple humano, sino el Dios y padre de todos ellos.
Pero el continuismo en la irónicamente llamada República Popular Democrática de Corea pervivirá con el hijo del fallecido Kim Jong-il....un rollizo chico llamado Kim Jong-un.
Así que mientras unos pensamos en ''EL GORDO'', otros les ha tocado otro gordo, el único gordo en un país de hambre; hambre de comida, de libertad, de democracia, donde las únicas bocas que se atreven a abrirse son violentamente acalladas...
¡Brillante!
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