viernes, 11 de marzo de 2011

¿QUE HARÍAS SI FUERA TU ULTIMA NOCHE?

¿Que harías si solo te quedaran 24 horas de libertad?, si a la mañana siguiente tuvieras que desaparecer, dejarlo todo, entrar en prisión. Cuando las horas están contadas....Empieza la cuenta atrás: en tan sólo 24 horas,Monty Brogan (Edward Norton) deberá ingresar en prisión, donde pasará 7 interminables años por tráfico de drogas. Habiendo sido una vez el rey de Manhattan, Monty está a punto de decir adiós a las luces de los flashes, a sus sueños de grandeza y al único tren de vida que conoce -una vida que le abrió las puertas de los clubes más exclusivos de Nueva York, pero que también lo alejó de las personas que más lo querían-. En su último día en libertad, decide poner su vida en orden con las personas importantes de su pasado; intentará volver a encontrarse con su padre (Brian Cox), que nunca ha renunciado a su hijo, y reunirse con sus dos mejores amigos de juventud, Jacob (Philip Seymour Hoffman), un tímido profesor, y Slaughtery (Barry Pepper), un brillante broker de Wall Street. Sin olvidar a su novia, Naturelle (Rosario Dawson), que puede –o no– ser la persona que lo delató a la policía. En este momento, Monty no está seguro de nada, pero el tiempo se acaba y debe tomar una decisión.

"La última noche" no es sólo un film que aborda de modo magistral las segundas oportunidades, sino que plasma de un forma tan apabullante un tema como la amistad, siendo imposible despegarse de la veracidad, inteligencia y avidez de sus magistrales diálogos, diálogos que muestran la debilidad de cualquier persona en una situación que va más allá de lo imaginable, sobre los miedos, frustraciones y temores.
Y tras esos miedos y toda la incertidumbre volcada en ellos,la inconmensurable realización de Spike Lee, un Barry Pepper magistral, que ofrece un recital interpretativo inigualable, un Edward Norton serio, conciso, fulgurante, capaz de aplacar cualquier resquicio de duda con un solo gesto, un Seymour Hoffman antológico, que agarra su personaje, escarba con fuerza y deja momentos de una brillantez inaudita, una Rosario Dawson pletórica, que arranca todas sus emociones con una simple mueca, con un sencillo posado.
Todo ello culminado con un final esplendoroso, que no sólo da el cierre a una última media hora espectacular, de sentimientos puros y auténtica lucidez, sino que remacha con una de esas conclusiones inigualables que, cuando creías haberlo visto todo, hacen que resbale la última lágrima, esa que, como una nueva oportunidad, se desliza sobre un cauce de esperanza e ilusión.
Acto seguido, sólo queda perplejidad por saber cuantas segundas oportunidades has malgastado, y cuantas seguirás malgastando a lo largo de tu vida, porque si bien las dudas afloran en tu interior, la única duda eludible es que "La última noche" es un film franco, impresionante y de una maestría que muy pocos habrían sabido manejar. Tan pocos como aquellos que sí aprovechan las oportunidades dadas.
Trailer:

Una de las mejores escenas de la pelicula, un alegato de amor odio a la ciudad de Nueva York

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